La violencia desatada contra la población civil siria por el dictador y sus acólitos nos sitúa ante un criminal que debería de pasar por el Tribunal Penal Internacional, sin olvidar las medidas represoras de otros líderes como Sadam Hussein, o Gadafi. Y como terminaron ambos, despues del juicio que sufrió el primero en su país, con la pena capital en la horca. O el linchamiento de Gadafi por su propia población. La comunidad internacional no debe ser mero espectador del conflicto. Y si finalmente se prueba que el ejército sirio recurrió a su arsenal químico, causando más de mil muertos cerca de Damasco, se habrá confirmado la sospecha de que el régimen de Al Asad no vacilará en utilizarlas de nuevo para su supervivencia.
Las víctimas del uso de armas químicas no son precisamente soldados, sino hombres, mujeres y niños indefensos en manos de un estratega criminal para mantener el poder a cualquier precio.
LUIS ENRIQUE VEIGA RODRÍGUEZ
Publicado en : LA REGIÓN
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OS INDIGNADOS DA CORUÑA
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