
La participación es un derecho que nos exige involucrarnos ante los abusos que estamos padeciendo muchas veces en forma de corrupción. Esto nos exige un plus de esfuerzo, ciertamente, de abrirnos para llegar a un círculo amplio de opinión sobre derechos que nos afectan. Hay que romper el silencio en definitiva. El silencio cómplice de los que exponen sus puntos de vista en las tertulias del café, pero omiten llevar esas opiniones al activismo, a la calle. O a los medios. Quizá porque se han auto convencido de que nada pueden hacer.
Eso es falso. Soy de la opinión de que a todos nos cuesta expresarnos y mucho. Pero la mayoría no lo ejercitamos ignorando así el inmenso poder que tenemos en nuestras manos. A cambio, preferimos la crítica ácida en los reducidos círculos donde nos expresamos. Mientras otros se refugian en ilusorias realidades que les conducen a precipicios, como el botellón.
Luis Enrique Veiga Rodríguez
Publicado en : XORNAL 21
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