La reciente desaparición del doctor y profesor Hailiang me ha hecho retraerme por un momento al año 1.990-91 cuando le conoci en Valencia, como paciente primero en su consulta de la calle Rivera, 19, después como profesor de medicina china y maestro de taichichuang en los Viveros de Valencia.
Y finalmente como amigo, cuando en ocasiones visitó nuestra casa, ayudandome a publicar mi primer libro de acupuntura. O cuando ocasionalmente cenamos en el restaurante de cocina china "Lay Lay" en la Avenida de Blasco Ibáñez donde se brindó a apadrinar a David, nuestro hijo. Fue precisamente Hailiang quién a preguntas de Isabel, mi esposa nos informó del secreto de aquel nombre del restaurante que había en los bajos del edificio dónde viví y que en sus palabras quería decir "entra, entra" (lay lay). El restaurante fue trasladado finalmente a Castellón y el local se convirtió, creo recordar, en una peluquería. Aunque perdí el contacto con Hailiang allá por el año 1.995, siempre tuve la esperanza de volver a reencontrarme con él, por su amistad y por la fuente inagotable de conocimientos que me transmitió en su día, a nivel personal como profesional.
Suele decirse, y creo que con buen criterio, que "cuando el discípulo está preparado el maestro llega, ni un minuto antes ni un minuto después". Pués bien, Hailiang forma parte de esa etapa en la que sin su amistad y el conocimiento que me transmitió yo no sería el mismo. Buen viaje compañero.
Luis Enrique Veiga Rodríguez
Publicado en : XORNAL 21
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