
Estamos en un momento crítico en la sociedad que lleva mal camino. Ya lo estamos viendo con los suicidios por la terrible crisis que estamos padeciendo, cuando llega la policía a los hogares a desahuciar a las familias sin contemplaciones. Son tantas personas sin recursos económicos que la ostentación de cualquier signo de riqueza es insultante mostrando a los demás lo inequívoco de su riqueza. Y hasta da la impresión de que su gozo es mayor cuando más provocativamente se exhiben. Pero lo que de verdad más indigna y con motivos es que esa riqueza tenga con frecuencia su origen en la corrupción. Monstruoso. La realidad actual tiene que ver con miles de personas que ni siquiera reciben un subsidio porque los recursos no lo permiten. O tal vez otros han dilapidado antes: entre algunos están los perceptores de ciertas pensiones, tal vez a quienes fueron nombrados de modo temporal con el fin de que ganar esa lotería vitalicia.
No cabe duda de que el mejor caldo de cultivo para la explosión social es el que se hace con la injusticia, la inequidad, el abuso y la marginación de la mayoría. Estamos ante una legislación perversa.
Luis Enrique Veiga Rodríguez
Publicado en : XORNAL 21
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