Unos 650 indigentes en la ciudad, de los que aproximadamente 50 se encuentran en fase terminal. 

Los miembros de la COORDINADORA CIUDADANA INDEPENDIENTE y CORUÑA SIN TECHO lamentamos que las medidas que se toman en lo referente a los indigentes sean siempre de tipo policial o caritativo por lo que proyectamos iniciar una recogida de firmas para que se tramite UNA LEY QUE COMBATA LA MARGINALIDAD.

Este hipotético texto debe garantizar a la persona un techo permanente tal y como recoge la constitución. Además el mendigo deberá recibir atención sanitaria y psicológica, especialmente cuando se encuentre en el peor nivel de degradación. Una vez que se cubren estas necesidades el indigente deberá participar en cursos de reciclaje formativo o de alfabetización si fuera necesario.

El paso siguiente seria que las administraciones públicas ubicasen al indigente en proceso de reinserción en un puesto publico de trabajo temporal, con preferencia en tareas sociales a cargo de las propias administraciones. El proceso de reinserción concluye cuando la persona esa empleable y puede lograr su independencia (VER MÁS) Blog de la Coordinadora Ciudadana Independiente y Comisión Sin Techo de la Coruña PARA LEER, COPIAR O IMPRIMIR CUALQUIER CARTEL O TROZO DE TEXTO, HACED CLICK SOBRE EL MISMO

lunes, 8 de septiembre de 2014

COMÍA SÓ SALCHICHAS E DEUME UN INFARTO

Este hombre, vecino de Ribeira, es de esas personas que no tienen clara qué profesión es la suya porque hizo «algo de todo». Desde la construcción a otros empleos; en algunos cotizando a la Seguridad Social y en otros, la mayoría, sin seguro. Hasta hace cinco años, cuando el desempleo se coló en su existencia, se defendió bien. Se casó con una mujer extranjera. Tienen tres hijos, de 8, 3 y 1 años. Y una hipoteca de unos 300 euros. Cuando él perdió el trabajo, al principio, tiraron con el sueldo de ella y con el subsidio y luego la ayuda familiar de 426 euros que percibía él.

Pero lo que podía ir a peor fue. Y hace ya tiempo que ella no trabaja ni él percibe la citada paga. En resumen, sobreviven con 500 euros que ella cobra de paro. Las cuentas, como cabe imaginar, no dan en su casa. Así que él empezó a tomar decisiones drásticas. «Eu o que quero é que os meus fillos se alimenten ben -tienen en Ribeira a dos, el mayor vive en el extranjero con la familia materna-, así que lles deixaba o pouco que podiamos mercar a eles e á miña muller, que está dándolle de mamar á pequena.

E eu empecei a alimentarme de salchichas, que che vale un paquete 22 céntimos, e de pan, que o tes por 40 céntimos. Estiven meses así, comía só salchichas por non ter para máis, ata que me deu un amago de infarto e acabei no hospital durante quince días». Le dijeron que tenía que cambiar la alimentación «e senón que ía morrer, que estaba ao borde do colapso». (LEER TODO)

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