Sé del malestar ciudadanano ante esta situación y reconozco que el aspecto de tal botellón no es nada gratificante sino la consecuencia lógica de una realidad terminal a la que los diferentes estamentos de la Administración pretenden poner coto por los mecanismos corrosivos de la invisibilidad, más propios de un estado policial que otra cosa. La exclusión social en su más cruda manifestación está dando lugar conductas animales contra quienes se pudren en la calle sin una mínima consideración. Lo venimos denunciando con frecuencia por la falta de una mínima acción social siempre esperanzadora por parte de las administraciones (me refiero al Concello, la Diputación y la Xunta de Galicia). Una acción que raramente se produce. O la impotencia del tercer sector para abordar un problema cuyas dimensiones se les escapa. La cuestión es que finalmente y a medida que el problema va empeorando progresivamente, se opta por la invisibilidad.

De un modo paralelo el Ayuntamiento de La Coruña pregonaba hace unos días la puesta en marcha el Observatorio de la Igualdad, dependiente de la Concejalía de los Servicios sociales. Al margen de atender la igualdad de género, se trata de un instrumento municipal imprescindible a la hora de favorecer las políticas de prevención y de integración de las poblaciones con problemas de exclusión, en particular de la gente sin techo. Lo que no me explico es por qué dicho Observatorio está cerrado a esta población en cuanto a acciones dirigidas hacia sectores vulnerables, con el fin de erradicar el sin hogarismo y construir esa Coruña Inclusiva que todos querríamos y tanto se necesita.
Veo en lo acontecido en la calle Juan Canalejo, con independencia de un problema que persiste a lo largo del tiempo esas políticas efectivas a las que es muy dado este Concello en cuya realidad se produce la acción policial denunciada. Si bien es predecible a estas alturas, dada la falta de otras iniciativas, nunca deben entrar en colisión con los derechos de las personas poniendo en entredicho la escasa agilidad (manifiesta incapacidad) institucional para resolverlas. Cuando se priorizaran los recursos y se rebajan un poquito los sueldo seguramente hay para todos. Como en las buenas familias.
LUIS ENRIQUE VEIGA RODRÍGUEZ.
Publicado en : ATLANTICO
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