Unos 650 indigentes en la ciudad, de los que aproximadamente 50 se encuentran en fase terminal. 

Los miembros de la COORDINADORA CIUDADANA INDEPENDIENTE y CORUÑA SIN TECHO lamentamos que las medidas que se toman en lo referente a los indigentes sean siempre de tipo policial o caritativo por lo que proyectamos iniciar una recogida de firmas para que se tramite UNA LEY QUE COMBATA LA MARGINALIDAD.

Este hipotético texto debe garantizar a la persona un techo permanente tal y como recoge la constitución. Además el mendigo deberá recibir atención sanitaria y psicológica, especialmente cuando se encuentre en el peor nivel de degradación. Una vez que se cubren estas necesidades el indigente deberá participar en cursos de reciclaje formativo o de alfabetización si fuera necesario.

El paso siguiente seria que las administraciones públicas ubicasen al indigente en proceso de reinserción en un puesto publico de trabajo temporal, con preferencia en tareas sociales a cargo de las propias administraciones. El proceso de reinserción concluye cuando la persona esa empleable y puede lograr su independencia (VER MÁS) Blog de la Coordinadora Ciudadana Independiente y Comisión Sin Techo de la Coruña PARA LEER, COPIAR O IMPRIMIR CUALQUIER CARTEL O TROZO DE TEXTO, HACED CLICK SOBRE EL MISMO

lunes, 10 de agosto de 2015

Autónomo que vivía en la calle se convierte en multimillonario

al cobrar todas las facturas de golpe
AL FIN TIENE DINERO PARA PAGAR TODO LO QUE DEBE A HACIENDA

Luis Contusión Boñales, trabajador por cuenta propia desde que acabó su cuarto master, llevaba cinco años vagando por las calles con su MacBook de 2006 y durmiendo en los portales de las sedes de las 137 empresas para las que trabaja. Esta mañana, sin embargo, su suerte ha cambiado drásticamente porque le han pagado, al fin, los miles de facturas que tenía pendientes de cobro. 

“Había perdido la cuenta. Unos clientes decían que pagaban a 120 días, otros no pagaban porque según ellos no habían recibido ninguna factura… los había que parecía que iban a pagar y de repente me pedían un certificado de Hacienda”, explica el autónomo mientras se afeita la barba en los baños de la estación de Atocha, en Madrid.

El joven había llegado a un punto en el que no podía mandar más facturas por correo postal al no disponer de dinero para sellos. “Si sigo trabajando es por la buena voluntad de los empleados de Starbucks, que me dejaban conectarme al WiFi”, confiesa. 

“No sabía que era autónomo. Todos le llamábamos el mendigo con portátil. Pensábamos que lo había robado”, declara un vecino. “Luego te enteras de que tiene tres carreras universitarias y lo entiendes todo. (LEER TODO)

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