MÁS QUE PRESIÓN SOCIAL
Si al final se termina en verdad por prescribir los nuevos medicamentos a todo enfermo de hepatitis C que cumpla los amplios criterios establecidos por los expertos médicos, habrá quedado la impresión de que ello ha sido posible gracias a la presión social. Y no le faltará buena dosis de razón a quien así lo piense. Lo mismo podría decirse de la batalla de las preferentes o de los acosos en los desahucios. De alguna manera así lo dejaba entrever EL CORREO GALLEGO en La Quinta del pasado jueves. Estos y otros conflictos han urgido a las distintas administraciones porque la calle estaba empujando.
No obstante, no habría que ser ingenuos y pensar en la pura y limpia presión social. Porque detrás de cada uno de ellos ha estado la mano de partidos de la oposición y de sindicatos varios. Una mano cuya existencia no ha aflorado a la superficie, pero que sin duda ha existido. Y una mano no como simple colaboración, sino como mucho más.
De otra manera no se entiende, por ejemplo, que los afectados por la hepatitis C hayan podido mantener un encierro desde mediados de diciembre en hospitales públicos. O que hayan sido capaces de recoger 200.000 firmas para que el Gobierno financie los nuevos medicamentos. O que ocuparan en los parlamentos tribunas de invitados. Y algo muy parecido podría decirse de la sostenida campaña de los preferentistas o de no pocas de esas batas blancas que apenas han visto lo que es un hospital. En todo ello hay mucho más que afectados.
Bueno hubiera sido conocer las manos que mecían las cunas. Al menos yo me quedo con las ganas.
LAUREANO MARTÍN SÁNCHEZ RIBEIRA
Publicado en : El Correo Gallego
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