Unos 650 indigentes en la ciudad, de los que aproximadamente 50 se encuentran en fase terminal. 

Los miembros de la COORDINADORA CIUDADANA INDEPENDIENTE y CORUÑA SIN TECHO lamentamos que las medidas que se toman en lo referente a los indigentes sean siempre de tipo policial o caritativo por lo que proyectamos iniciar una recogida de firmas para que se tramite UNA LEY QUE COMBATA LA MARGINALIDAD.

Este hipotético texto debe garantizar a la persona un techo permanente tal y como recoge la constitución. Además el mendigo deberá recibir atención sanitaria y psicológica, especialmente cuando se encuentre en el peor nivel de degradación. Una vez que se cubren estas necesidades el indigente deberá participar en cursos de reciclaje formativo o de alfabetización si fuera necesario.

El paso siguiente seria que las administraciones públicas ubicasen al indigente en proceso de reinserción en un puesto publico de trabajo temporal, con preferencia en tareas sociales a cargo de las propias administraciones. El proceso de reinserción concluye cuando la persona esa empleable y puede lograr su independencia (VER MÁS) Blog de la Coordinadora Ciudadana Independiente y Comisión Sin Techo de la Coruña PARA LEER, COPIAR O IMPRIMIR CUALQUIER CARTEL O TROZO DE TEXTO, HACED CLICK SOBRE EL MISMO

viernes, 6 de marzo de 2015

ESTADO POLICIAL

De un tiempo a esta parte da la impresión de que hay más tranquilidad en las calles y barrios donde van desapareciendo todos aquellos delincuentes de medio pelo que imponían cierta violencia como su modo de vida o campaban como dueños de la explotación sexual, el trapicheo, etc. Hoy vivimos en una ciudad más segura, tanto que los únicos delincuentes son las personas afectadas por desahucios que no pueden pagar una hipoteca por más que se denuncien los abusos de estos. Hoy pagamos por sostener un aparato policial que cumple funciones de garante en los desahucios más que de orden público y hemos puesto en sus manos la libertad de utilizar cualquier actuación para realizar su cometido.

Mientras tanto, hombres, mujeres, inmigrantes y ancianos, otrora los pilares del sistema vía sus impuestos, son despojados con brutalidad de sus casas vulnerando principios esenciales y convirtiendo a quienes la ejercen en partícipes del miedo como norma de convivencia. A veces me levanto pensando en que puedo estar tranquilo porque vivo en un país donde mis derechos están garantizados; en una democracia formal donde la policía vela por mi seguridad (todo está en orden, todo funciona con normalidad). Pero quizá sin darme cuenta vivo en la eterna pesadilla de que se cercenen sin piedad los derechos de tantas personas y familias. En esos momentos España me semeja evidentemente un Estado policial.

Es entonces cuando vomito. Es uno de esos días que acrecientan mi desprecio por los desahucios llevados a cabo una vez y otra con la Policía como garante. Pero seamos reflexivos ya que detrás de un desahucio está la acción de la Justicia: hay, claro que los hay, muchos jueces honrados en sus acciones. Pero es difícil asegurar que lo son por omisión. No se les conocen denuncias en su postura contra la irracionalidad de los desahucios; más bien se afianza el criterio de que la Justicia sigue siendo corrupta, sin que nadie haga nada. La solidaridad de cuerpo les pesa... mucho.


Enrique Veiga. A Coruña
Publicado en : El Correo Gallego - La Región

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