¡ QUE COMAN HENO ! DIJO FOULON Y LO COLGARON
Sorprende y mucho la alcaldesa de Cádiz Teófila Martínez cuando cree que los desfavorecidos malgastan su dinero en el Twiter. Hace unos días se produjo esa lamentable salida de tono de la alcaldesa cuando dijo aquello de quiénes piden ayudas para comer deben estar incomunicados. Esa salida de tono además de lamentable solo puede obedecer a lo que se aprecia en la forma de entender la política, desde un partido que está enfangado en algunas cuestiones de corrupción. Si como se cree y admite, los verdaderos responsables de esta crisis son los banqueros, la burbuja inmobiliaria y algunos políticos por no poner coto a tanta corrupción en sus filas, creo defendible que más que recortar por abajo, habría que revisar a la baja los sueldos y privilegios de esa casta que todavía tiene espacio para el insulto y cuyo proceder debería ser desterrado del escenario de la política. No cabe duda de que la mejor forma de conseguirlo sería con su dimisión porque sabemos cómo piensan. Ante la pobreza moral e intelectual demostrada, recordarle cuando la escasez de alimentos en Francia, se atribuye a André Foulon el ¡que coman heno!. Una versión previa del "¡que se jodan!" de Andrea Fabra, pero lapidaria.
En cualquier caso hay unos prejuicios que subyacen bajo una clara interpretación de la pobreza en España en la que miles de ciudadanos están a punto de engrosar sus listas. Mientras esto sucede, los malversadores del dinero público marcan los tiempos de la justicia y al final se les compensa con cargos en la Cámara Alta. La indiferencia de los gobernantes ante este vergonzoso panorama solo puede obedecer a que no tiene prisa por abordarlo, sino que olvidando la estrecha franja que siempre ha existido entre la opulencia y la miseria siguen defendiendo aquello de que ciertas personas compitan en el reparto de los despojos del banquete. A los parados sacarles el paro como incentivo para que trabajen y, si es posible, se dejen explotar. A los ancianos que no acaban de morir se le retiran las medicinas, por viciosos. O la ayuda en dependencia. Y punto.
Quizá, algo más prudente, doña Sofía proponía en Mallorca la recogida de comida para los necesitados procedente del sobrante de los cruceros que atracan en la isla (...)
Luis Enrique Veiga Rodríguez
Publicado en : Xornal21 y en Atlántico
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